miércoles, 2 de junio de 2010

Nunca más

Nunca más
 
Juntamos nuestras vidas muy enamorados, sin imaginar, que el destino cruel nos tenía algo muy bien planeado; fuimos muy felices por mucho tiempo y ahora de todos aquellos momentos felices solo quedan los recuerdos. Qué triste es saber que tú me amas, pero yo a ti ya no, y cada vez que veo tus suplicantes ojos inundados por el llanto se me parte el alma de dolor al saber que no puedo hacer nada por evitar tu sufrimiento, ese llanto amargo que un día yo también derramé por ti. Mi corazón sangra cada vez que no puedo responderte con un te amo; si tan solo me hubieras abierto tu corazón en aquel tiempo, ahora todo sería muy diferente. Por favor compréndeme y no trates de culparme, yo un día te amé con todas las fuerzas de mí ser. Tienes que aceptar ahora con valentía tu derrota, y la verdad, es, que mi corazón ya no te ama. Tú muy bien sabes que un día yo te amé con toda mi alma, y también sabes que por ti lloré lágrimas de sangre. No culpes ahora a mi corazón, porque un día te entregó todo su amor. En nuestro presente, veo con nostalgia nuestra primera fotografía, en esa imagen se refleja todo el amor que sentimos el uno por el otro. También me da mucha tristeza ver nuestro vació lecho, ese lecho donde un día nos amamos y nos entregamos en cuerpo y alma. ¡Ay! , que fría siento nuestra cama al no entregarnos con el alma cómo cuando me entregaba a ti con toda mi pasión;
 
y ahora que tu cuerpo busca el mío con desesperadas ansias, mi cuerpo no responde a tus caricias. Tu boca busca mi boca y no la encuentra, y tus labios quieren con fervor rozar los míos pero siempre están sellados para ti. Tus manos anhelan acariciar mi cuerpo, y tus oídos añoran escuchar de mis labios un te amo con amor. Sé que tu corazón me pertenece, sin embargo, mi corazón ya no te pertenece como antes; las lágrimas y el sufrimiento borraron de mi corazón todo el gran amor que sentía por tu persona.
 
No trato de ser cruel contigo, tenemos que ser realistas, ya no podemos seguir pretendiendo algo que por mucho tiempo ya no es. Mi alma llora cada vez que me suplicas amor; por favor, ya no me tortures más con tu tristeza, y recuerda que yo también te ame al igual que tú. Yo un día también anhele tus besos, y mis manos también añoraron acariciar tu piel, pero tú, siempre estabas cansado. Y aunque mis oídos escuchaban siempre tus palabras de amor, tu cuerpo siempre me demostraba lo contrario.
 
 Yo, al igual que ahora lloras tú, lloré lágrimas de sangre al pensar que ya no me querías. Y también, pasé noches enteras preguntándome el porqué de tu repentino cambio. Mis ojos, por mucho tiempo, derramaron lágrimas de tristeza hasta que el cansancio me vencía, y así, solía dormirme llorando por ti. No me culpes por favor, recuerda que yo por tu amor, sufrí demasiado. Lastimosamente, mis lágrimas limpiaron todo aquel inmenso amor, un gran amor que sintió por ti mi enamorado corazón.
 
Ahora de todo aquello solo quedan los recuerdos, hermosos recuerdos de nuestro hermoso amor. Solo que de recuerdos no puedo llenar el vació, ese vació que dejaste en lo más profundo de mi ser. No seas egoísta y déjeme partir, sé que me amas, pero yo a ti ya no. Lo que un día fue nunca más será, ya no quiero herir a tu pobre corazón. Levanta tu vuelo a un nuevo horizonte, olvídame y búscate un nuevo amor, yo solo quiero tu felicidad, y yo, yo ya no soy tu felicidad. Que juego más cruel nos jugó la vida, cuando unimos nuestras vidas pensamos que sería para el resto de nuestros días, y ahora los dos sabemos que... Lo que un día fue, ¡nunca más será!
 
Palabras del alma
 
Martha Humphrey
Derechos reservados©

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Amiga Martha he entrado un poco en lo íntimo de tu alma y de tu vida, al leer aquel trágico poema: "Nunca más". ¡Qué dolor cuando acaba el amor,! si, porque esto suele suceder en muchos matrimonios. Si lo mío tuvo un resto de esperanza y de salvación, fue por la intervención de Jesucristo nuestro Señor. Yo puse mi matrimonio en sus manos, y él tuvo misericordia de mi esposo y de mí. Y hoy estamos juntos después de haber pasado terribles tormentas y separaciones, porque yo luché amiga, no quise darle el triunfo "a la otra", y me puse en ayunos y oraciones en mi iglesia, y Dios finalmente hizo un milagro.
Aunque ya las cosas nunca serán como en los primeros tiempos de nuestro amor, sin embargo yo aún lo quiero, y sé que él también me quiere a su manera. Dios ha sido muy piadoso con mi matrimonio amiga, pero yo tuve que pagar un precio. Yo tuve que orar y llorar por siete largos años de separación. Algún día te contaré lo mío con más detalles amiga, pues tú eres de mi total confianza.
Te quiero mucho amiga Martha. Dios te bendiga y sigue adelante y nunca dejes tu fe. Tu amiga Ingrid

Anónimo dijo...

Amiga querida, pasa por mi blog Mi Paraíso de versos...yo también quisiera ver tus comentarios en mis poemas. Acabo de dejarte un largo comentario en tu poema "Nunca más", espero que puedas leerlo. Pues aquí me aparece un mensaje que dice que no será visualizado mi comentario hasta que tú lo apruebes.
Te dejo un abrazo amiga Martha.